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La expresión “pensar fuera de la caja” es una metáfora que generalmente significa abordar los problemas de maneras nuevas e innovadoras, conceptualizando situaciones complicadas de manera diferente y comprendiéndolas desde numerosos puntos de vista, en relación con varias condiciones particulares. 
Pensar fuera de la caja es una acción compleja, en particular por el hecho de que la humanidad está compuesta por seres llenos de hábitos y, obviamente, la mayoría de ellos prefieren la comodidad de las rutinas familiares. Para muchas personas, pensar fuera de la caja significa cuestionar creencias arraigadas.

Para promover este tipo de pensamientos, hay 3 formas efectivas:

1. Romper los hábitos. Cuando una persona se enfrenta a un desafío, a menudo lo aborda basándose en experiencias pasadas y recurriendo a ideas probadas que funcionaron en el pasado. Este enfoque es una fórmula estratégica y de riesgo calculado. Pero para seguir innovando y producir soluciones verdaderamente originales, es importante salir de las zonas de confort. Especialmente en la era digital, encontrar nuevas soluciones es fundamental para una empresa o un trabajador. La mejor manera de hacerlo y mejorar es practicando, rompiendo con los hábitos diarios y rompiendo con los métodos y actuaciones habituales.

2. Probar una perspectiva diferente. Cuando una persona se enfrenta a un problema o una pregunta, por lo general centra la atención en encontrar una solución rápida. La adopción, para el abordaje de este problema o desafío, de una perspectiva diferente es fundamental. Por ejemplo, puede concentrarse en reconceptualizar el problema, incluso frente a diferentes personas, y analizar la pregunta desde varios ángulos y perspectivas, para obtener una comprensión más profunda del problema. Una práctica para mejorar esta función podría ser si te imagina que estás tomando la decisión en nombre de otra persona (llamado “ponerse en el lugar del otro”). ¿Qué opciones tienen? ¿Qué consejo les darías? ¿Cómo propondrías que resolvieran el problema? ¿Cuáles son las posibles consecuencias de cada elección?

3. Dejando de lado el miedo al fracaso. Pensar fuera de la caja requiere un gran nivel de creatividad y toma de riesgos; esta última característica aumenta la posibilidad de cometer muchos errores, por lo que una persona también debe confiar en la gestión de errores. El fracaso es muy frecuente antes de un gran éxito y está presente principalmente en productos, conceptos y diseños nuevos y originales. Algunos de los más grandes innovadores aprendieron que el fracaso no es grave, pero puede ser un momento reflexivo que lleva a nuevas soluciones y puntos
de vista. Una persona incapaz de manejar los errores se detendrá ante la primera complejidad. Por otro lado, una persona capaz de pensar fuera de la caja está básicamente preparada para asumir riesgos y cometer errores. En lugar de centrarse solo en todas las cosas que podrían estar bien, es común que algunos de los mejores descubrimientos y trabajos se deriven de errores.