Publicidad fraudulenta (productos falsificados, suplementos)
Siempre que haya dinero de por medio existe la posibilidad de un fraude. Desde una perspectiva técnica, el fraude publicitario en línea ha sido un negocio relativamente fácil (y sí, lucrativo) para los estafadores y un desastre financiero para los anunciantes, editores y las propias plataformas de anuncios en línea.
El negocio de la publicidad en línea se construyó sobre una serie de tecnologías de estándar abierto de Internet que nunca pretendieron ser a prueba de fraude / estafa / robo. Como consecuencia, los estafadores publicitarios obtuvieron una gran ventaja. Según Juniper, en 2019, la industria de la publicidad en línea se enfrentaba a una impresionante pérdida de 42.000 millones de dólares debido al fraude publicitario y, lamentablemente, no hay ninguna razón para creer que la cifra será menor este año.
Para aclarar, el fraude publicitario digital es una actividad intencional que evita que los anuncios se entreguen a la audiencia o ubicación correctas. Los riesgos maliciosos que enfrentan los especialistas en marketing en la actualidad son cada vez más sofisticados y, por lo tanto, mayores de lo que se anticipaba anteriormente.
El entorno de la publicidad digital ahora involucra a miles de intermediarios, presentando una plétora de rincones oscuros en los que las y los estafadores pueden ocultar actividades delictivas. Los estafadores saben cuándo están siendo observados y se han vuelto aún más peligrosos, lo que dificulta aún más la prevención del fraude publicitario.
Como resultado, el 96 por ciento de los consumidores dicen que tienen poca confianza en la publicidad digital, lo que dificulta que los especialistas en marketing demuestren que sus anuncios son legítimos. Entonces, ¿qué medidas deben tomar las organizaciones para evitar perder gran parte de su presupuesto por fraude y, con ello, la confianza de la consumidora / del consumidor?
Incluso si un pequeño porcentaje de consumidores todavía hace clic en los anuncios fraudulentos y compra productos o servicios falsos, sigue siendo una gran meta comercial y monetaria desarrollar las técnicas y los esfuerzos de marketing.
El consumidor inteligente debe asumir parcialmente la responsabilidad de mitigar el fraude en la publicidad al denunciar la falsificación y desalentar a las personas menos hábiles que lo rodean a interactuar con dichos anuncios.
¿Cómo reconocer anuncios falsos?
Es relativamente fácil una vez que se comprende y conoce el patrón:
- La calidad de los anuncios en línea suele ser deficiente y el contenido repetitivo.
- Reclamaciones y promesas enormes y poco realistas de ofrecer resultados bastante imposibles, ya sea para hacerse rico rápidamente o para que vuelva a crecer el cabello perdido.
- Las páginas de destino se alojarán bajo nombres de dominio extraños, se utilizarán marcas desconocidas, fotos de celebridades o profesionales inexistentes.
- La tipografía utilizada en las “landing pages”[1] destaca por ser colorida, muy incentivante para actuar y se ofrecen grandes descuentos.
- La página de destino y la página de descripción del producto pueden contener una gran cantidad de críticas falsas y en su mayoría muy positivas.
[1] Nota del T. “Landing pages” = “páginas de destino” en inglés.